El Baloncesto Talavera pagó la novatada en su estreno en LEB Plata frente a Damex UDEA Algeciras

Pagó la novatada en su estreno en LEB Plata el Baloncesto Talavera, quien pese a firmar un notable encuentro manteniendo la llama viva de la esperanza para que la victoria se quedara en casa hasta los últimos minutos del cuarto final, finalmente acabaría cayendo ante un Damex UDEA Algeciras que supo jugar con la ‘veteranía’ de sus hombres y que se benefició de un mal segundo cuarto local para coger un colchón a la postre insalvable.

Grandísimo ambiente el vivido en el Puerta de Cuartos para el estreno del conjunto talaverano en la categoría. En torno a los 700 espectadores se daban cita para presenciar un encuentro en el que Álvaro Martínez hacía historia al convertirse en el primer anotador de la historia del conjunto cerámico en la categoría y además con una canasta desde más allá del 6,75.

Partido con alternancia en los primeros minutos y con continuas respuestas entre uno y otro equipo hasta que la aparición de Doblas comenzó a desnivelar la balanza en favor de los hombres de Ricardo Úriz. Mucho daño hacía el santanderino en la pintura algecireña y tras un machaque de aro sin piedad que ponía el 19-14 (máxima ventaja cerámica en la cita) obligaba la técnico visitante a parar el partido.

El tiempo muerto trajo efectos positivos para los rojiblancos, que a base de personales, que cargaron de faltas tanto a Doblas como Andrejevic, los dos hombres altos de Talavera, y de tiros libres convertidos iban limando distancia hasta incluso tomar la delantera en un 19-20, pero serían los locales los que finalmente acabarían el primer acto por delante gracias a Jesús Castillo (22-21).

El arranque de segundo cuarto fue posiblemente la clave que terminó por decantar la balanza. Y es que un parcial de 0-9 de los andaluces en poco más de dos minutos hizo muchísimo daño. Tanto que Ricardo Úriz paró el encuentro y lograron a partir de entonces los azules limar la distancia a base de tiros libres hasta dejarla en cuatro de distancia (29-33).

Sin embargo Talavera era una montaña rusa de sensaciones, quizá presionada por esas ganas de agradar en casa a una entregada afición que ni cuando vinieron mal dadas paró de animar. El segundo periodo no mejoraba con el paso de los minutos tras la segunda recaída local y la distancia se iba ya a los trece puntos con Aramburu y sobre todo Miguel Ortega haciendo mucho daño por dentro y también por fuera 34-47.

Paso por vestuarios para retocar errores y Doblas que volvía a aparecer para aprovecharse de su poderío en la pintura. La renta bajaba de los diez puntos, pero las imprecisiones en los siguientes ataques locales les hacía pagarlo y muy caro permitiendo a Damex UDEA Algeciras realizar poderosas transiciones que les llevaban a su máxima renta en la cita con diecisiete puntos arriba (42-59).

Nuevamente tocaba pedir una pausa para ordenar al equipo y más que nada calmar unos nervios que alguna que otra controvertida decisión arbitral tensaban más si cabe. Por si fuera poco las selecciones de tiro no estaban siendo buenas, como tampoco las de un conjunto visitante que se obcecaba con el triple. Al final, entre unos y otros, igualdad de puntuación en este periodo (21-21) pero ventaja de trece para los algecireños (55-68).

Y nos plantábamos en el cuarto final en el que Ricardo Úriz decidió quemar sus naves era un ahora o nunca en el que tanto Jesús Castillo como Stefan Andrejevic salieron con ganas de tirar del carro logrando reducir a cinco puntos la distancia. Lo paró Javier Malla con urgencia y se puso Miguel Ortega en modo jugón para devolver a su equipo la distancia a los dos dígitos (65-75).

Pero no se querían ir los locales y en otro estirón volvían a reducir quedándose esta vez tan sólo cuatro puntos por detrás (75-79). Sin embargo no estaban los astros del lado azulón. Una controvertida falta que los locales reclamaron en ataque y se tornó del revés, provocó la ira de Ricardo Úriz y los árbitros la castigaron con técnica al banquilli. Tres tiros para Aramburu, que no falló y que pareció descolgar definitivamente a Baloncesto Talavera.

Sin embargo todavía los cerámicos no habían dicho su última palabra y apareció el último en llegar a la fiesta, un Deshaun Cooper que con su triple hacía albergar esperanzas. Restaba 1:13, Talavera tenía posesión y todo podía ocurrir. Por desgracia ocurrió lo que la parroquia local no quería con otra polémica falta señalada a Astilleros en ataque cuando iniciaba transición y el principio del fin para una cita que Algeciras terminó por matar desde el tiro libre para el 80-87 final.